La curiosidad humana no tiene límites. Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, en su anhelo por representarlo, buscaron en la naciente ciencia forense de su época, datos para mejorar su comprensión del cuerpo humano.
La búsqueda de los factores que intervienen en la armonía de un rostro o que transmiten la vida interior del sujeto, es una vieja aspiración del artista plástico.
Vamos a daros algunas herramientas para mejorar en este sentido.