Cómo minimizar fendas y deformaciones.

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 La madera es un material amable. Ofrece tantas posibilidades que invariablemente satisface nuestra imaginación. Es un regalo de la naturaleza que parece diseñado a escala humana. Un trozo del universo que queremos tener cerca.

Las moléculas de celulosa, y lignina tienen la clave. Se agrupan en fibrillas y estas a su vez en fibras longitudinales originando un material inimitable.

Tanto si eres de los que no rechazan un tronco procedente de una poda, como si compras tableros de madera  para tallar, te habrás sentido frustrado alguna vez con la aparición de fisuras o el curvado de tu obra.

¿Qué las produce, que riesgos tiene el ambiente en el que las almacenamos y qué podemos hacer para minimizarlas?


Primera pregunta: ¿Es posible predecir de qué forma puede deformarse mi pieza de madera?


La madera fue un tejido biológico blando que logró endurecer gracias a segregar una substancia química singular, la lignina.

Tiene células muertas que le confieren porosidad. Toma o pierde agua con los cambios de temperatura y humedad del medio ambiente. Por ello sufre deformaciones tales como alabeos, atejados o abarquillados, curvados, etc. 

 

 

 


 Es común que la madera viva, recién cortada tenga un 30% de humedad.  

Cuando la madera se seca se contrae, siendo la contracción mayor en la dirección tangencial, (tangente a los anillos de crecimiento), que en la dirección radial, (perpendicular a los anillos), y normalmente muy pequeña, casi despreciable, en la dirección longitudinal del tronco.  

Todo tablón que no pase por el centro del tronco tendrá una cara más próxima a el (cara derecha).  La más alejada, (cara izquierda) tiende a cerrarse de forma cóncava. Eso es lo que va a ocurrir. 

 

Segunda pregunta: ¿Puedo conocer con exactitud cual es el riesgo de que se deforme o agriete mi pieza de madera?

Equilibrio de la humedad de la madera y del ambiente.

Supongamos una madera completamente seca, expuesta a un ambiente de humedad y temperatura determinadas.

Las moléculas de agua del medio ambiente penetran por los espacios existentes en su estructura y quedan retenidas en la pared celular de los poros o vasos; este proceso continúa y las paredes se hinchan,  hasta que se establece un estado de equilibrio entre las moléculas de agua que entran y salen de la madera.

Si se hubiera partido de madera húmeda, ésta iría perdiendo humedad con el tiempo, hasta alcanzar la Humedad de Equilibrio Higroscópico.

Teniendo en cuenta que, la constitución química básica y la estructura de la pared celular, varían muy poco de una a otra especie de madera, se puede admitir que los valores de las humedades de equilibrio son prácticamente los mismos para todas las especies de maderas (Kollman).

 

Eso hace que la siguiente tabla sea tremendamente útil.

 HUMEDAD DE EQUILIBRIO DE LA MADERA EN FUNCIÓN DE LA TEMPERATURA Y LA HUMEDAD RELATIVA DEL AIRE (en %)

 

La tabla anterior da la humedad de equilibrio para diferentes condiciones atmosféricas.

Las Tablas de Valores Climatológicos proporcionadas por el Instituto Nacional de Meteorología, suministran las temperaturas y humedades relativas medias anuales y mensuales a lo largo de un período de 30 años, para las diferentes capitales de provincia.

Si almacenamos madera en un cobertizo exterior, protegido de la lluvia y heladas, podemos obtener los datos meteorológicos de la población o localidad en la que vivimos.

Hay diferentes fuentes, pero en general basta localizar la estación meteorológica más cercana a nuestro domicilio. http://www.aemet.es/es/serviciosclimaticos.

En Barcelona capital, la temperatura mínima promedio del invierno de, por ejemplo el año pasado,  es de unos 10ºC. La humedad promedio del 70%.

En verano la temperatura media es de 24ºC y la humedad media del aire de 67%.  

La humedad de equilibrio de la madera, según la tabla anterior sería de 13,3% en invierno y de aproximadamente 12 en verano. La diferencia es de 1,3 puntos.

El tipo de riesgo de cambio dimensional  que vamos a tener manteniendo la madera en el exterior viene dado por la tabla. Si los cambios de temperatura y humedad ambientales se producen de forma paulatina no hay problema, el problema es que se produzcan cambios bruscos prolongados.

  

Pero que ocurre si almaceno madera en un taller o desván en el interior de una vivienda.

El riesgo va a depender de la calefacción y el aire acondicionado.

Como aproximación, se admite que en viviendas sin calefacción la humedad de equilibrio que da la tabla anterior se reduce un 2%. Baja un 4% si hay calefacción y a un 6% en caso de calefacción fuerte como la que suministra un sistema de calefacción central.

Una mini estación meteorológica y algo de observación nos dará pistas seguras del riesgo de deformación.

Hay que anotar la temperatura y humedad de unos pocos días calurosos de verano y de aquellos especialmente frios de invierno.

Supongamos que obtenemos, dentro de nuestra vivienda,  24ºC y un 42% de humedad en verano y 20ºC y 33% de humedad en invierno. La humedad de equilibrio según la tabla anterior será de 7,8% en verano y de 6,5 % en invierno. La diferencia es de 1,3 puntos. Por tanto, siempre que se mantengan estas condiciones el riesgo es despreciable.

 

Imaginemos que enviamos una tabla de madera de 250 x 250 x 30 mm desde Barcelona, con una temperatura media en el último año de 16ºC y una humedad relativa media del aire del 70% a Murcia con 20ºC y un 57% de humedad.

 La madera llegará a Murcia con una humedad de equilibrio del 13,2%. Va a necesitar 18 meses antes de alcanzar en toda su masa la nueva humedad relativa de equilibrio de un 10%. Se suele calcular 6 meses por cada cm de espesor.

Si nada más recibida desbastamos la madera, aquellas zonas de mayor pared tendrán un 13% de agua en su interior y las más delgadas llegarán al 10% contrayéndose bastante en dirección transversal y algo menos en la radial. Dependiendo de cómo se cortó el tablero a partir del tronco, lo más probable es que la tabla se abarquille. 

Los secaderos industriales y distribuidores de madera, ignoran el destino de sus productos, por ello establecen como más conveniente una humedad de la madera del 13%,si se destina a exteriores, y del 8% si ha de permanecer en el interior de las viviendas. 

Hay especies más propensas a la deformación que otras. Analizaremos esta cuestión en la siguiente entrega.

 

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