El espacio de Sofía

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sophia1Generación de 1914
Novecentismo es la denominación de un movimiento que agrupa a un conjunto de artistas, escritores y poetas, situados entre la Generación del 98 y la Generación del 27, por lo que también se identifica con la denominada Generación del 14. A ella pertenecerían los nacidos en torno a 1880, y que comenzaron su actividad en el siglo XX, alcanzando su madurez en los años próximos a 1914.

 

Figuras como Juan Ramón Jiménez, José María Sert, José Clará, Pablo Gargallo, Arístides Maillol, Joaquín Turina, Pau Casals y, otras muchas, corresponderían a ese periodo.

El acontecimiento más relevante de 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), fue especialmente significativo para esta generación, aunque no tanto en España como en aquellos países que sí intervinieron militarmente, acuñando términos como: lost generation (generación perdida) o generation du feu (generación del fuego).


El término novecentismo, como ya vimos, fue acuñado en catalán por Eugenio d'Ors (noucentisme), con un propósito inicialmente referido al ámbito cultural catalán. También se utiliza el término mediterraneísmo para designar especialmente a los artistas plásticos del movimiento noucentista.


Guillermo Díaz Plaja define el novecentismo como lo que ya no es ni modernismo ni noventayochismo y, como lo que no es todavía vanguardias y ha de conducir a la generación del 27. Los rasgos característicos de los noucentistas catalanes y de la generación de 1914 son comunes y pueden resumirse así:


Los miembros de la generación del 14 se caracterizan por su sólida formación intelectual y por la base teórica y sistemática de sus propuestas.
El rechazo del sentimentalismo, (lo que no es razón es sentimiento), les lleva al análisis racional del arte.
El arte ha de perseguir como finalidad única el placer estético, producir un arte puro o arte por el arte, aunque signifique una pérdida de contacto con el hombre corriente.
Su estética tiene como principal objetivo la obra bien hecha, lo que se conoce como formalismo.  Ese anhelo a la perfección en las formas conduce a un arte para minorías o elitista
Nuevamente se imponen los modelos clásicos, griegos y latinos. La serenidad, en oposición a las posturas exaltadas fruto del sentimiento, se convierte en factor estético dominante.
Se sienten atraídos por la cultura europea y analizan los problemas de España con ese referente. Su propuesta consiste en modernizar intelectualmente el país.
La generación de 1898 buscaba la esencia de lo español en el paisaje y el “paisanaje”.  Al igual que los intelectuales atenienses ahora importan los valores civiles y “civilizadores”.
Consideran que su propuesta no puede limitarse a sus escritos y obras, sino que debe materializarse participando activamente en la vida política y social de España y ocupando puestos de poder. Los modernistas tendían a ir en contra del sistema establecido.
La dedicatoria de la obra a la minoría pero también el influir en la sensibilidad de la mayoría para mejorar la percepción y el acceso de las masas hacia la Cultura y la Ciencia. Si el modernismo había vivido, sobre todo, la crisis ideológica, los hombres de la generación del 14 vivirán la crisis socio-política que conducirá a la Segunda República en la generación del 27, y a la Guerra civil en la de 1936.


El mundo de las ideas, una vez más, obra un cambio de actitud y ejerce una influencia muy directa en los derroteros del arte.
Desde la Grecia antigua, es así, y por ello, recomiendo que el artista intente completar su bagaje, el “Ángel” de Eusebio D´Ors, interesándose por la producción intelectual del momento que le toca vivir.

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